
Consejos para dar a tu dormitorio ese cambio que buscas con un bajo presupuesto
Este año, conocido como «el año en que los viajes se detuvieron», nos hemos perdido esa sensación de tranquilidad instantánea que se obtiene al registrarse en un hotel de lujo.
Pero, al más puro estilo impaciente, hemos empezado a preguntarnos por qué tenemos que esperar a tener esa sensación de vacaciones. Puede que el servicio de habitaciones y la limpieza diaria estén fuera de la mesa en casa, pero no hay razón para no experimentar ese momento de serenidad que se obtiene al meterse en la cama de un hotel por primera vez, sin salir de casa.
1. Sumérgete en unas sábanas suaves
Lo primero que te viene a la mente cuando piensas en un hotel de 5* es la sensación que tienes al hundirte en la cama. La buena noticia es que es increíblemente fácil reproducir esta sensación en tu propia casa simplemente asegurándote de tener la mejor ropa de cama para el trabajo.
Las sábanas crujientes y limpias dan una sensación de lujo instantánea. Opta por sábanas de algodón puro y alto número de hilos que ayuden a regular la temperatura y los niveles de humedad. Además, su tacto es mucho más suave que el de las sábanas sintéticas.
2. Construye tu cama
Una de las formas más sencillas de incorporar esa sensación de boutique a tu habitación es invirtiendo en una cama que actúe como un impresionante punto focal a la vez que complementa el espacio disponible en tu dormitorio.
Cuando quieras crear un elemento de lujo en tu dormitorio, opta por una cama tapizada de aspecto grandioso con un cabecero de botones profundos o curvas suntuosas. Las camas tapizadas son ideales para crear un centro de mesa espectacular en el dormitorio y aportan una sensación de exclusividad.
A la hora de vestir la cama, el número perfecto de almohadas, cojines y mantas tendrá un gran impacto tanto en el estilo como en la comodidad.
En una cama de matrimonio, elige dos almohadas a cada lado e invierte en un par de fundas de almohada a juego con la ropa de cama. Coloca las fundas de almohada encima de tus almohadas habituales para ocultarlas tras una fachada más elegantemente coordinada y transpórtate al instante a un hotel de 5*.
A continuación, los cojines. Elige entre tres y seis cojines en función de la anchura de tu cama y agrúpalos por tamaño, con el más grande al fondo. Para el toque final, una manta llamativa (o dos) es esencial para una cama lujosa y bien vestida.
3. Lo que cuenta es el interior
Aunque puede ser tentador poner todo el esfuerzo en hacer que la cama tenga un aspecto elegante, es igual de importante no olvidarse de lo que hay en el interior, ya que es lo que elevará tu sueño a un nivel de 5*.
Opta por ropa de cama interior de buena calidad y con relleno, que resistirá el paso del tiempo y mantendrá esa sensación de suavidad después de cada lavado. Además, asegúrate de mullir las almohadas y los edredones cada vez que vistas tu cama para conseguir esa sensación de plenitud y comodidad, de «no poder esperar a sumergirte en ella.
4. Aromas serenos
Algo que los hoteles suelen hacer muy bien, y de lo que nuestras casas pueden carecer, es la capacidad de golpear todos nuestros sentidos a la vez. El sentido del olfato es clave para crear un ambiente, y también para ayudar a dormir y relajarse.
La lavanda es conocida desde hace mucho tiempo como una ayuda para el sueño, y con razón, ya que las investigaciones destacan el efecto calmante que tiene sobre el sistema nervioso.
Para que los sentidos se sientan realmente atraídos, coloca los olores en toda la habitación: las velas proporcionarán un ambiente adicional y un glorioso golpe de fragancia, mientras que un difusor se asegurará de que el aroma que elijas te llegue cada vez que entres en la habitación.
5. Colorea la calma
Por último, los hoteles piensan mucho en la paleta de colores de sus habitaciones y en las emociones que quieren evocar en sus huéspedes. Si quieres llevar de verdad la sensación de hotel de lujo a tu dormitorio, merece la pena que analices tu paleta de colores y si se alinea con las sensaciones que intentas evocar, cuando pasas tiempo en la habitación.
El blanco es conocido por su sensación de luminosidad y ventilación, y puede ayudar a dar una sensación de limpieza, especialmente útil si has estado trabajando en casa y te sientes atrapado entre las cuatro paredes.
El verde y el azul son colores calmantes que evocan la sensación de estar al aire libre, pero asegúrate de evitar colores como el rojo o el naranja, que son estimulantes y podrían disminuir la importante sensación de relajación antes de dormir.